La población mundial está envejeciendo a un ritmo más alto de lo que hace años se esperaba y esto implica grandes retos para la sociedad con el fin de dar atención en salud y prevención a un segmento poblacional que va en aumento, los adultos mayores.

Hay un aumento progresivo en la expectativa de vida, las personas viven hoy más tiempo que antes, así lo revela la Organización Mundial de la Salud (OMS), un hecho que implica grandes retos para los gobiernos y la sociedad en su conjunto para afrontar los cambios que se están generando.

Actualmente en el mundo hay más de 1.000 millones de personas que tienen 60 años o más, esa cifra para el 2030 se habrá elevado a 1.400 millones, y los pronósticos indican que para el año 2050, casi se duplicará en 2.100 millones de adultos mayores, según la OMS.

De acuerdo con las estimaciones de los expertos, se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplicará entre el periodo 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones. Es un hecho que las personas están viviendo más años.

La OMS ha bautizado al actual periodo como la década del “envejecimiento saludable” o “activo”, que persigue fomentar y mantener la capacidad funcional de los adultos mayores para vivir una vejez con una mejor calidad de vida.

A medida que las personas envejecen requieren de mayor atención y tratamientos. El envejecimiento viene acompañado de ciertos cambios físicos y biológicos. Entre ellos, una disminución de la fuerza y la potencia muscular, la reducción de la psicomotricidad, la velocidad al caminar, el equilibrio, y la capacidad para realizar tareas básicas cotidianas.

La medicina moderna y las técnicas actuales de terapia física trabajan en función de mejorar la calidad de vida de las personas de la tercera edad.

Medicina preventiva

La fisioterapia como medicina preventiva consiste en evaluar, mejorar y trabajar las condiciones musculares. Facilita y mejora el rendimiento, haciendo sentir a las personas fuertes y saludables.
La prevención fortalece los músculos, los huesos, el equilibrio, contribuye a que la persona adquiera un mayor nivel de seguridad en el cuerpo y mejorar la movilidad.

A través de la fisioterapia preventiva se puede identificar el origen de una dolencia, valorar la gravedad de una lesión o determinar qué factores están desencadenando una limitación en la movilidad.

Los especialistas advierten sobre la importancia que las personas mayores tengan una rutina de ejercicios y actividades físicas que les ayuda a fortalecer los músculos.

De ahí que una vida en movimiento promueve un envejecimiento activo que proporciona la posibilidad de tener una mayor esperanza de vida, una mayor autonomía así como mejorar la salud, vida social y la posibilidad de ser más productivos.

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